miércoles, 25 de junio de 2008
- Gastamos más de lo que tenemos
- Tenemos poco o ningún dinero ahorrado o invertido
- Tenemos deudas a plazos. Tratamos de salir de ellas pero siguen apareciendo.
- Experimentamos un sentimiento de frustración y desesperación ante las deudas
- Carecemos de un plan maestro monetario a corto plazo
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